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CESTERÍA
El arte de la cestería con palma entre los pueblos Weenhayek y Guarani es una manifestación cultural arraigada en la tradición y habilidad ancestral. Estas comunidades han perfeccionado la técnica de tejer con palma, creando cestas exquisitas que no solo sirven como herramientas practicas sino también como expresiones artísticas únicas. Cada pieza refleja la conexión profunda con la naturaleza y la destreza artesanal transmitida de generación en generación. Los patrones intrincados y los diseños simbólicos incorporados en estas creaciones no solo son testimonio de la destreza técnica, sino también de la rica herencia cultural que impulsa esta forma de arte, que transciende el mero acto de tejer para convertirse en una ventana a la identidad y la cosmovisión de estos pueblos originarios.
TEJIDO DE KARAWATA
El arte del tejido en la comunidad Weenhayek se inicia con la cosecha cuidadosa de la planta de Karawata. La cual una vez colectada se somete a un proceso meticuloso para transformarla en un material maleable. La magia continua con el teñido empleando tintes naturales que resalta la conexión con la tierra y la naturaleza circundante. El resultado es un tejido que no solo representa la habilidad, sino que también simboliza los aspectos intrínsecos de la vida y la armonía con el entorno.
TALLADO EN MADERA
El arte del tallado en madera del pueblo Weenhayek va más allá de la destreza técnica, siendo una expresión profunda de la conexión espiritual con la naturaleza. Cada obra destaca por la utilización de diversas maderas cuidadosamente elegidas para conferir distintas tonalidades a las piezas simbolizando la compleja relación entre el pueblo weenhayek y su entorno. Etas creaciones son testimonio tangible de la armonía entre la creatividad humana y la diversidad natural.
Nativa apoya la actividad apícola como una forma de conservación del bosque:
La miel de la llanura chaqueña, es un testimonio vivo de la interconexión entre la flora y la fauna del ecosistema, una región de grandes contraste conocida por su biodiversidad única, alberga una riqueza de especies vegetales que florecen en armonía con la fauna local, creando un entorno ideal natural para la producción de una miel auténtica y pura. Esta característica no solo garantiza un producto más saludable y natural, sino que también refleja un compromiso profundo con prácticas sostenibles y la conservación del bosque donde las abejas recolectan néctar de una diversidad de plantas silvestres obteniendo un producto multifloral que se expresa en diferentes intensidades en el color de la miel con un sabor complejo y un perfil nutricional enriquecido.
Su riqueza en nutrientes y propiedades curativas añade capas de significado, resaltando la importancia de la conservación de nuestros bosques. Siendo no es solo un alimento; sino una conexión directa con los bosques, una expresión de la generosidad del monte chaqueño y una muestra de la interdependencia entre los seres vivos y su entorno. Al saborear la miel, nos sumergimos en un vínculo directo con la naturaleza, recordándonos la esencial contribución de los bosques y las abejas a nuestra existencia.
Cada gota de esta miel del monte chaqueño encapsula la esencia de un ecosistema en equilibrio, donde la flora y la fauna coexisten en una danza eterna de vida. La conservación de estos bosques no solo protege a las abejas y su valioso producto, sino que también asegura la continuidad de los beneficios ecológicos y sociales que estos entornos naturales brindan a las generaciones presentes y futuras.
